En la escuela es importante que las
maestras y sobre todo las maestras y maestros de infantil, además de ser
buenas maestras y enseñar muchos contenidos, sean buenas observadoras y
observadores, ya que de éste modo podemos detectar pequeños (o no tan
pequeños) problemas que no son visibles a simple vista.
Mediante la observación podemos
descubrir los interés de los niños y niñas mientras juegan, podemos
evaluar los grados de su desarrollo, las estrategias que utilizan para
alcanzar sus metas, descubrir sus habilidades y su personalidad, etc.
Además de esto, el proceso de observación es utilizado como un método de
investigación, ya que se utiliza para la recogida o análisis de datos
que nos dan información sobre problemáticas, actitudes, personalidad,
etc.
Debido a la información que éste
proceso nos ofrece, es necesario llevarlo a la práctica, sin embargo,
nos encontramos con muchos y muchas profesores y profesoras que no lo
llevan a cabo, bien porque sea más cómodo para ellos/ellas, o porque no
les guste su profesión o por cualquier otro motivo. Éste hecho tiene
consecuencias en algunos niños y niñas, como puede ser no detectar algún
problema que éstos presenten como puede ser el caso de la dislexia. Si
en clase tenemos un niño o una niña con dislexia y nosotros/as como
docentes no nos damos cuenta de que este niño o niña tiene este
problema, podemos ponerle ciertas etiquetas como puede ser “que no hace
los ejercicios bien porque no quiere”, “que es un vago que no lee bien
porque no presta atención”, y muchas más cosas que podemos llegar a
pensar.
Esta situación da lugar a que los
demás niños y niñas del aula discriminen a dicho niño/a porque es más
“vago” (según dice el profesor o la profesora); un fracaso escolar
debido a que se va quedando por detrás del resto de sus compañeros y una
gran situación de ansiedad en su familia y en él o ella mismos.
Si una situación como la descrita es
detectada a tiempo, el niño o la niña se puede poner en manos de un/a
especialista a tiempo, evitando que el problema se acentúe y dando
soluciones a ello.
En conclusión, creemos que sería
importante que todos los maestros y maestras y los futuros maestros y
maestras seamos conscientes de los terribles efectos que pueden tener
nuestras acciones y las etiquetas que pongamos a los/as niños y niñas.
Referencia:
file:///C:/Users/usuario/AppData/Local/Temp/Dialnet-LaImportanciaDeLaObservacionEnElProcesoEducativo-2789646-1.pdf
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